CEAPA propone normas claras de convivencia y más comunicación entre padres y profesores para afronta

La Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA) celebró el sábado en Madrid un encuentro sobre convivencia escolar, dirigido a los representantes de las Federaciones de APAs de todo el Estado, bajo el título "Violencia entre iguales".

Tras el debate y la reflexión de padres y madres y expertos en la materia, y tras conocer distintos modelos de convivencia en centros escolares, CEAPA propone las siguientes medidas contra el acoso escolar:

1º Normas claras y consensuadas de convivencia, tanto en las familias como en las escuelas, para que los alumnos conozcan las consecuencias del incumplimiento de las mismas. Es necesario que en los centros educativos exista un modelo democrático de convivencia, es decir, consensuado entre profesores, padres y alumnos, y conocido por todos los miembros de la comunidad educativa, para que todos sepan también las consecuencias del incumplimiento de las normas acordadas. Padres y madres constatan que una de las causas del acoso escolar es la ausencia normas claras y consensuadas de convivencia en colegios e institutos (también en las familias), lo que lleva a muchos adolescentes a no respetar los límites que imponen las normas de convivencia.

Ante quienes abogan por normas de convivencia autoritarias, impuestas desde la dirección del centro, CEAPA antepone el establecimiento de normas explícitas y consensuadas, tanto en la familia como en la escuela, lo que es realmente efectivo a largo plazo para combatir los problemas de convivencia.

No obstante, CEAPA sí cree que la dirección del centro, el claustro de profesores y los equipos de orientación deben coordinar y sensibilizar a toda la comunidad educativa en la lucha contra el acoso escolar.

Además, es necesaria la institucionalización de comisiones de convivencia en todos los centros educativos, donde participen todos los miembros de la comunidad educativa, incluidos los alumnos, para dirimir los conflictos que puedan acaecer.

2º Que la Administración impulse programas para dinamizar todos aquellos órganos de participación de las familias en la escuela, como las APAs o los consejos escolares, pues se ha demostrado que esta implicación mejora tanto la convivencia como el rendimiento del alumnado.

Las experiencias de distintos centros educativos demuestran que todos los esfuerzos dirigidos a la participación de las familias en la escuela inciden de manera directa en la mejora de la convivencia en los centros.

3º Más programas de mediación que, aunque muchas administraciones están ya implantando, en muchos casos no logran sus objetivos al carecer de la participación del alumnado, y de las familias y sus APAs. En este sentido, es necesario formar sobre el acoso escolar a alumnado y familias para promover que actúen como mediadores.

Los mediadores no sólo atienden directamente situaciones conflictivas, sino que también facilitan, mediante la formación y supervisión, herramientas y capacitación para que todos los integrantes de la comunidad educativa puedan abordar constructivamente sus disputas. Es necesario que la mediación empiece a funcionar en primaria, para prevenir situaciones conflictivas en secundaria.

4º Las Administraciones educativas deben desarrollar campañas de sensibilización dirigidas a las familias, al profesorado y al conjunto de la sociedad, para conocer cuáles son las consecuencias del acoso escolar en las víctimas de este abuso, en los acosadores y en el conjunto de la comunidad educativa.

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Santiago Dosal Ariza
Departamento de Comunicación de CEAPA
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Madrid, 7 de noviembre de 2005