HACIA UN MODELO DE ESCUELA PÚBLICA PARA EL SIGLO XXI

PREÁMBULO
El cuarto Encuentro Estatal de CEAPA se celebrará en Madrid los días 21, 22 y 23 de abril, y llevará por título “Hacia un modelo de escuela pública para el siglo XXI”.
Bajo este título, el tema del encuentro surge como una necesidad de debatir y reflexionar sobre el modelo de escuela pública que defiende CEAPA, de las tendencias de nuestro entorno y los compromisos educativos que llevan consigo, del contenido y las formas de la educación, de nuestra intervención en la definición del currículo, y de la repercusión de todo ello en la sociedad del siglo XXI y en nuestro movimiento como parte de la misma.
La elección responde a una de las preocupaciones fundamentales de CEAPA en este inicio del siglo XXI. La constatación de la lejanía del “modelo de escuela pública” que defiende CEAPA del día a día de los centros.
Aunque todos y todas sabemos que “la escuela pública que defendemos pertenece más al futuro que al presente y habremos de ahondar y profundizar en sus cimientos a fin de que el modelo que propugnamos logre hacer frente a los retos de una sociedad proteica y en constante transformación”. Ahondar y profundizar en sus cimientos es el gran objetivo de este Encuentro. El panorama actual de la escuela pública necesita, más que nunca, en estos tiempos de incertidumbre y de avance de las ideas neoliberales y de devaluación de lo público un debate interno de nuestra organización, a fin de poder buscar medidas que nos permitan trabajar con eficacia en la implantación progresiva del modelo de escuela pública que defendemos. Para ello es necesario saber a que dificultades se enfrenta hoy la escuela pública tanto desde dentro como desde fuera de la institución.
Hoy día se percibe una cierta desmoralización de no pocos docentes e incluso de una cierta pasividad de Asociaciones de Padres y Madres, así como una incidencia de determinadas ideologías que pretenden socavar los mismos fundamentos de la escuela pública. Por ello es más necesario que nunca actualizar la dialéctica en defensa de la escuela pública, a fin de al menos neutralizar los discursos neoliberales que como una lluvia fina empapa nuestra sociedad, y por tanto, el tejido asociativo de CEAPA.
Este documento pretende ser sólo una herramienta para la reflexión y el debate en todos los ámbitos de nuestra organización. Es un documento que, sin lugar a dudas, se enriquecerá con las aportaciones que desde las Federaciones se hagan. Para ello, sería deseable que desde las distintas federaciones y confederaciones se organicen actuaciones encaminadas a ello, y se celebre algún tipo de acto o jornada que facilite el debate, el contraste y la recogida de conclusiones en sus respectivos ámbitos.
Es necesario tener presente que el objetivo de este IV encuentro es lograr que nuestra organización reflexione y analice cual es la situación actual de la escuela publica teniendo como referente el modelo ideológico de CEAPA. Es preciso que todos los que integran CEAPA conozcan a fondo cuales son hoy día los verdaderos problemas de la escuela pública, así como las posibles medidas para superarlos. Esta reflexión y debate debe clarificar cuál es la tarea concreta a realizar en los próximos años en y desde CEAPA. Para ello CEAPA desde su compromiso con la escuela pública tendrá que priorizar y planificar tareas a corto, medio y largo plazo a fin de marcar metas y caminos para lograr progresivamente que la escuela de titularidad pública asuma el modelo de escuela pública que propugnamos.
No presentamos un documento cerrado, acabado. Contiene algunas certezas, fruto de la experiencia como organización y algunas propuestas a debatir y acordar. El documento definitivo y las conclusiones que se elaboren en este encuentro se difundirán a todas las administraciones, instituciones y organizaciones implicadas en la escuela pública. Pretendemos que el documento definitivo sea un referente que marque la dirección en la que es necesario caminar para que una vez por todas, el modelo de escuela pública sea menos utópico y más realista.
SEÑAS DE IDENTIDAD DE LA ESCUELA PÚBLICA SEGÚN CEAPA
 HACIA UN MODELO DE ESCUELA PÚBLICA PARA  EL SIGLO XXI                                                        DOCUMENTO BASE
IV Encuentro de Estatal de CEAPA
Madrid, 21,22 y 23 de abril de 2006
 

 

 
ÍNDICE
 
Preámbulo                                                                                                                         3
Señas de identidad de la escuela pública según CEAPA                                                       4
Tendencias y compromisos educativos                                                                                8
Nuestro movimiento asociativo en la Escuela Pública                                                           9
Evaluación del centro educativo                                                                                        13
El currículo de la escuela del siglo XXI                                                                              14
Anexo 1: Preguntas para el debate por grupos                                                                   18
Anexo 2: Bibliografía complementaria                                                                               19
    
PREÁMBULO 
El cuarto Encuentro Estatal de CEAPA se celebrará en Madrid los días 21, 22 y 23 de abril, y llevará por título “Hacia un modelo de escuela pública para el siglo XXI”.
Bajo este título, el tema del encuentro surge como una necesidad de debatir y reflexionar sobre el modelo de escuela pública que defiende CEAPA, de las tendencias de nuestro entorno y los compromisos educativos que llevan consigo, del contenido y las formas de la educación, de nuestra intervención en la definición del currículo, y de la repercusión de todo ello en la sociedad del siglo XXI y en nuestro movimiento como parte de la misma.
La elección responde a una de las preocupaciones fundamentales de CEAPA en este inicio del siglo XXI. La constatación de la lejanía del “modelo de escuela pública” que defiende CEAPA del día a día de los centros.
Aunque todos y todas sabemos que “la escuela pública que defendemos pertenece más al futuro que al presente y habremos de ahondar y profundizar en sus cimientos a fin de que el modelo que propugnamos logre hacer frente a los retos de una sociedad proteica y en constante transformación”. Ahondar y profundizar en sus cimientos es el gran objetivo de este Encuentro. El panorama actual de la escuela pública necesita, más que nunca, en estos tiempos de incertidumbre y de avance de las ideas neoliberales y de devaluación de lo público un debate interno de nuestra organización, a fin de poder buscar medidas que nos permitan trabajar con eficacia en la implantación progresiva del modelo de escuela pública que defendemos. Para ello es necesario saber a que dificultades se enfrenta hoy la escuela pública tanto desde dentro como desde fuera de la institución.
Hoy día se percibe una cierta desmoralización de no pocos docentes e incluso de una cierta pasividad de Asociaciones de Padres y Madres, así como una incidencia de determinadas ideologías que pretenden socavar los mismos fundamentos de la escuela pública. Por ello es más necesario que nunca actualizar la dialéctica en defensa de la escuela pública, a fin de al menos neutralizar los discursos neoliberales que como una lluvia fina empapa nuestra sociedad, y por tanto, el tejido asociativo de CEAPA.
Este documento pretende ser sólo una herramienta para la reflexión y el debate en todos los ámbitos de nuestra organización. Es un documento que, sin lugar a dudas, se enriquecerá con las aportaciones que desde las Federaciones se hagan. Para ello, sería deseable que desde las distintas federaciones y confederaciones se organicen actuaciones encaminadas a ello, y se celebre algún tipo de acto o jornada que facilite el debate, el contraste y la recogida de conclusiones en sus respectivos ámbitos.
Es necesario tener presente que el objetivo de este IV encuentro es lograr que nuestra organización reflexione y analice cual es la situación actual de la escuela publica teniendo como referente el modelo ideológico de CEAPA. Es preciso que todos los que integran CEAPA conozcan a fondo cuales son hoy día los verdaderos problemas de la escuela pública, así como las posibles medidas para superarlos. Esta reflexión y debate debe clarificar cuál es la tarea concreta a realizar en los próximos años en y desde CEAPA. Para ello CEAPA desde su compromiso con la escuela pública tendrá que priorizar y planificar tareas a corto, medio y largo plazo a fin de marcar metas y caminos para lograr progresivamente que la escuela de titularidad pública asuma el modelo de escuela pública que propugnamos.
No presentamos un documento cerrado, acabado. Contiene algunas certezas, fruto de la experiencia como organización y algunas propuestas a debatir y acordar. El documento definitivo y las conclusiones que se elaboren en este encuentro se difundirán a todas las administraciones, instituciones y organizaciones implicadas en la escuela pública. Pretendemos que el documento definitivo sea un referente que marque la dirección en la que es necesario caminar para que una vez por todas, el modelo de escuela pública sea menos utópico y más realista.
SEÑAS DE IDENTIDAD DE LA ESCUELA PÚBLICA SEGÚN CEAPA
 
CEAPA en sus años de existencia ha ido defendiendo un modelo de escuela pública, que constituye el mejor patrimonio que posee hasta el momento. Por ello, puede decir con toda contundencia que el principal objetivo que la anima y que justifica su existencia y el trabajo de todos sus miembros es el de poder conseguir una escuela pública que responda a ese modelo al que estamos haciendo referencia. Pero eso sí, CEAPA tiene muy claro, que este es un trabajo lento, paciente y de largo camino, pero que es un destino al que no se puede renunciar.
Las características del modelo de Escuela Pública que defendemos se concretan en lo que también se conoce por sus señas de identidad. Señas de identidad que constituyen unos indicadores que nos permiten valorar en que medida y grado una determinada escuela esta alejada, cerca o muy cerca de dicho modelo.
Pero que nadie se desanime si comprueba que la Escuela Pública todavía no se distingue totalmente por esas señas de identidad. Por ello en el documento se habla de “hacia una escuela pública”, de lo que queremos, de lo que soñamos y que el conseguirlo depende en parte del compromiso que los padres y madres y el resto de los componentes de la comunidad escolar adquieran y de lo que sean conjuntamente capaces de movilizar y desarrollar.
De todos los documentos que ha producido CEAPA durante su pasada historia sin duda hemos de fijarnos en aquel que debe marcar el rumbo de nuestra organización, sus Estatutos.
En su artículo 2 dice:
“Son objetivos generales de la C.E.A.P.A.:
1.      La escolarización total de 0 a 18 años gratuita dentro de la red pública.
2.      La plena gratuidad de la enseñanza en los niveles obligatorios, incluyendo las actividades complementarias y extraescolares, los libros y demás material escolar, comedor y transporte. Asimismo la generalización y suficiencia de oferta de puestos escolares públicos y gratuitos en los niveles no obligatorios.
3.      Que los/as alumnos/as reciban una educación humanista y científica, de alta calidad, orientada al pleno desarrollo de su personalidad y al fomento de hábitos intelectuales y de trabajo y del espíritu crítico.
4.      Que la actividad educativa forme en el respeto a los derechos y libertades fundamentales, en los valores de la paz y solidaridad y en el ejercicio de la tolerancia y libertad. Y asimismo que la educación financiada con fondos públicos carezca de todo tipo de adoctrinamiento, sin discriminación por razones étnicas o de sexo.
5.      Una educación que capacite para el ejercicio de una profesión, o para la continuación de estudios superiores, el disfrute del ocio, y facilite la inserción social y laboral del alumnado.
6.      Una escuela pluralista, compensadora de desigualdades, no discriminatoria, que haga efectiva la igualdad de oportunidades, integradora de las diferencias del alumnado y que asuma las peculiaridades características de su entorno (culturales, lingüísticas, geográficas…) reconocidas en la Constitución.
7.      Una escuela democrática y participativa, gestionada democráticamente, con intervención de los padres y madres, de los alumnos/as y de sus Asociaciones, así como el control de los demás sectores afectados por la educación.
8.      Que en el marco de una programación general de la enseñanza para todo el territorio español, la educación sea planificada, gestionada y controlada por las Comunidades Autónomas, conforme a la Constitución y el desarrollo de los Estatutos de Autonomía.
9.      Una escuela laica, donde el adoctrinamiento esté totalmente desterrado.
10.  Una escuela alegre y divertida.”
En esta parte del articulado, así como en el resto de los Estatutos, se menciona la red pública y la escuela como concepto genérico, y debido a ello podemos interpretar que nos referimos a “Escuela Pública”, pero no deja de ser curioso que no figure esta expresión como tal en ninguna parte del texto.
La expresión “Escuela Pública” es sin lugar a dudas ambigua debido a la diversidad de concepciones que se pueden encontrar. Si se hiciera una encuesta, no ya entre los socios de cualquier APA, sino entre sus juntas directivas, se constataría las grandes diferencias en lo que se refiere a la conceptualización de la misma. Por ello es importante que todos y todas entendamos de que hablamos cuando nos referimos a ella. Es decir, es necesario que todas las personas ligadas al Movimiento Asociativo de padres y madres cuando hablen de Escuela Pública, hablen de lo mismo. De lo contrario, será muy difícil que trabajemos cohesionados en la misma dirección.
La Escuela Pública es la escuela de todos y para todos gestionada democráticamente. Es aquella escuela que, a diferencia de la privada, es de todos los miembros de la sociedad, o lo que es lo mismo, que ninguno de ellos puede reivindicarla para sí excluyendo de su disfrute a los demás.
Cuando se habla de la educación como un servicio público, nos estamos refiriendo a una escuela que ofrezca, a todos, con independencia de la clase, el género, la nacionalidad, la etnia o la capacidad económica, los recursos suficientes para asegurar el máximo nivel educativo. Así pues “cuando la enseñanza que imparte es para todos sin exclusiones, la escuela es un servicio público. Pero sólo cuando el todos que realiza la acción de enseñar y el todos que realiza la acción de aprender es el pueblo, el mismo pueblo, entonces la escuela es una escuela pública, en el sentido pleno”[1]
También es necesario considerar que ninguna escuela, por el hecho de su titularidad es más o menos pública. El carácter de pública no lo da la titularidad sino el modelo que en ella se desarrolle. Por eso es muy importante que todos y todas tengamos muy claro que características tiene el modelo de Escuela Pública que defendemos.
Como consecuencia de todo lo anterior, los elementos básicos de la escuela que queremos son:
*                  Gratuita porque la financiación pública es el único garante de que el derecho a la educación se produzca en condiciones de igualdad para toda la ciudadanía.
La gratuidad es lo que abre la puerta a que pueda asistir a ella cualquier persona independientemente de su clase social y nivel económico sin tener que pagar nada a cambio. La gratuidad no consiste solamente en tener una plaza en un centro educativo, sino que dicha gratuidad debe abarcar la gratuidad de libros y materiales curriculares, transporte, comedor escolar, actividades extraescolares, etc. Es evidente que estamos lejos de poder decir que la gratuidad de la educación sea un hecho, como figura en el artículo 27.4 de la Constitución cuando dice “la enseñanza básica es obligatoria y gratuita”.
*                  Laica porque es esencial conseguir el pleno desarrollo de la conciencia y libertad de la persona sin ningún tipo de imposición ideológica o religiosa.
¿Que significa que la escuela Pública debería ser laica? Existe mucha confusión respecto al término laica. Por ello es importante empezar por decir que entendemos desde el Movimiento de Padres y Madres por escuela laica.
Una escuela laica, es aquella cuyo espacio precisamente por ser público pertenece a todos y por ser un “espacio público” toda actividad que se haga en ella tendría que poder ser compartida por todos. Por eso en una escuela laica sólo cabe la neutralidad filosófica y religiosa y en consecuencia ningún alumnado puede ser segregado por las convicciones religiosas o filosóficas de sus familias. En una escuela laica el hecho religioso y filosófico se plantea, exclusivamente, desde un punto de vista histórico y de influencia en nuestra cultura y no desde el adoctrinamiento.
El Movimiento de Padres y madres pensamos que las creencias pertenecen al ámbito de lo privado y es en él donde las familias, en colaboración con las iglesias, tienen que asegurar la formación religiosa de sus hijos.
Por ello, figura dentro del modelo de escuela pública que defendemos, la seña de identidad de laica. Consideramos que la mejor forma de garantizar una educación en libertad, tolerante e integradora, como principio básico de una sociedad democrática, en donde la separación del Estado de las Iglesias, como expresa nuestra Constitución, sea un hecho real en la escuela. Pero como ocurre con otras señas de identidad de la escuela pública, hoy por hoy, es todavía más un deseo que una realidad.
*                  Plural porque la escuela debe estar abierta a todas las personas e incorporar la diversidad social y de pensamiento y considerarlo además como un elemento positivo en el proceso de aprendizaje.
*                  Científica porque incorpora el análisis y la crítica partiendo de que el conocimiento humano es siempre parcial y no definitivo y, a partir de estos valores, el aprendizaje se convierte en un proceso permanente.
*                  Democrática porque los valores democráticos deben ser incorporados como práctica del aprendizaje y que la escuela pueda vivirse como un espacio de convivencia del conjunto de sus integrantes.
La principal característica de una escuela pública es que sea “democrática”. Tan importante es esta seña de identidad que se puede decir, que el mayor o menor grado de democracia de una escuela servirá de indicador para medir su proximidad o alejamiento al modelo de escuela pública. Al decir que la escuela pública debe ser democrática estamos hablando de una escuela abierta a la participación de “todos” Pero, una escuela democrática tiene, no solamente que estar abierta a la participación, sino que la debe potenciar hasta lograr que todos los que forman la comunidad educativa: padres, profesorado y alumnado se comprometan en la tarea educativa. Lo que supone la desaparición de la guerra de sectores y el deslinde de las fronteras y limitaciones que actualmente existen en muchos centros docentes y los cálculos cicateros sobre la mayor o menor influencia en los órganos participativos.
Pero lo más importante, como dice Gómez Llorente[2] “de la democracia escolar es que los escolares perciban la institución como un ámbito de convivencia social en el que ellos son sujetos protagonistas de derechos y deberes, estando llamados a ejercitarlos colectiva e individualmente. Si los escolares no llegan a percibir la funcionalidad de su participación en los órganos de gobierno del centro, o no ejercitan de hecho su capacidad de reunirse, y de formular ordenadamente propuestas, es que la democracia escolar no funciona” 
Sin embargo, después de más de 25 años de democracia, es necesario hacerse algunas preguntas sobre la situación democrática de la institución docente. ¿Qué ocurre para que la participación siga siendo una asignatura pendiente? ¿Por qué cuesta tanto democratizar la institución escolar? ¿Qué es lo que falla, la legislación, su aplicación, el desinterés, la falta de formación, la concepción que el profesorado tiene de la escuela, la falta de implicación de los padres y madres?  Quizás haya que llegar a la conclusión de que la democratización de la escuela es algo tan lento que no se necesitan lustros y décadas, sino siglos, o que lo que verdaderamente ocurre es que aquí algo no funciona bien.
Por tanto, el reto que tenemos desde el Movimiento de Padres y Madres, desde el profesorado y alumnado, para avanzar en la democratización de la escuela pública es doble, por una parte conseguir una participación plena de toda la comunidad educativa y por otra, que la democracia escolar pase a formar parte de la preocupación y del quehacer diario de todos los implicados en el centro educativo
*                  Cívica para formar a las personas como ciudadanos en el ejercicio de sus derechos y deberes y para su integración en una sociedad plural.
*                  Integradora porque es fundamental aceptar las diferencias del alumnado y garantizar la no-discriminación atendiendo a las diferencias individuales a la vez que se tratan de alcanzar objetivos globales comunes.
La escuela inclusiva es aquella que asume el principio del respeto y reconocimiento a la diferencia del alumnado. La inclusión requiere que la escuela se organice de una forma flexible a fin de que pueda recibir a toda la diversidad de alumnado existente. Al hablar de estructuras flexibles nos referimos a la organización y acondicionamiento que debe dársele a todas las áreas que involucran el proceso educativo. 
La escuela inclusiva debe tener como una preocupación constante la superación de cualquier barrera que dificulte los aprendizajes de todos y cada uno de los integrantes del alumnado con independencia de cual sea su medio social, su cultura de origen, el sexo, la etnia, cualquier discapacidad física, intelectual o sensorial, o sobredotación intelectual.
Por tanto, debe quedar claro que la escuela inclusiva, no es aquella que se limita a atender al alumnado tradicionalmente etiquetado de necesidades educativas especiales, sino a cualquier alumno y alumna cuyas diferencias puedan dificultar su proceso de aprendizaje.
Lograr que nuestra escuela sea inclusiva y que se convierta en realidad en la “Escuela para todos”, implica trabajar desde todos los frentes para transformar los procesos de enseñanza y aprendizaje.
La escuela pública debe adquirir una sensibilidad especial para luchar contra todo tipo de desigualdades y favorecer con una atención especializada a cualquier niño o niña que se encuentre en situación de desventaja. Así mismo, tiene que dotarse de un proyecto ético capaz de poder garantizar la compensación de las desigualdades individuales y sociales.
Apostar por una escuela pública inclusiva supone varios retos, el primero que la formación del profesorado debe romper las barreras entre maestros de educación especial y normal. La formación del profesorado debe dirigirse a formar maestros para atender en la misma aula a todo el alumnado independientemente de sus características. El segundo que los padres y madres entiendan que la educación pública inclusiva no perjudica para nada a su hijo e hija, sino todo lo contrario, que le crea las mismas situaciones reales que se encuentran en la sociedad, lo que le ayudará a convivir con todos los demás. Aquí las APAs tenemos una labor muy importante que realizar, informando y formando a las familias y trabajando junto al profesorado para impulsar que la inclusividad llegue algún día  a ser realidad.
*                  Humanística porque la persona, con su dimensión singular, ha de ser objetivo primero y último de las actuaciones educativas, incluyendo los valores fundamentales de la solidaridad, la tolerancia y la educación no-sexista y para la paz, como intrínsecamente humanos, y que se deben cultivar y difundir.
 
 
 
TENDENCIAS Y COMPROMISOS EDUCATIVOS
 
            En un documento elaborado para la UNESCO se recomienda una profunda inmersión educativa en las dimensiones planetarias y potencialmente humanas de nuestra época. Conquistar el reconocimiento de los derechos de la especie, junto a la no-destrucción de su variada riqueza, nos exige un pensamiento no especializado ya que pierde la visión de conjunto, un pensamiento no dogmático y una cultura también científica. Una actitud  de estimular la curiosidad, sin ahogarla por la instrucción.
La mundialización acelerada  de la economía, que empieza en el siglo XVI y la creación actual de bloques político-económicos continentales interrelacionados en su estabilidad, lleva también dentro la herencia de las consecuencias históricas (riesgos armamentísticos nucleares, conflictos interestatales, retraso de los países colonizados…), políticas (eurocentrismo, racismo, democracias con escasa ciudadanía activa, rol insuficiente de la ONU….) o de impacto social (migraciones masivas, deslocalizaciones…). Un mundo con altos riesgos; pero con fuerzas  para la esperanza.
En el Tratado para una Constitución Europea, en proceso de ratificación en los 25 países de la Unión, podemos ver en los apartados educativos claras menciones a su uso contra la exclusión social, a valorar la riqueza de la diversidad cultural y lingüística, a asumir  especialmente los derechos del niño en el mundo.
*      Artículo I-3.3. La Unión combatirá la exclusión social y la discriminación y fomentará la justicia y la protección sociales, la igualdad entre mujeres y hombres, la solidaridad entre las generaciones y la protección de los derechos del niño.
*      Artículo I-3.4. En sus relaciones con el resto del mundo, la Unión afirmará y promoverá sus valores e intereses. Contribuirá a la paz, la seguridad, el desarrollo sostenible del planeta, la solidaridad y el respeto mutuo entre los pueblos, el comercio libre y justo, la erradicación de la pobreza y la protección de los derechos humanos, especialmente de los derechos del niño, así como el estricto respeto y desarrollo del Derecho internacional, en particular el respeto a los principios de la Carta de las Naciones Unidas.
*      Artículo II-74.1. Toda persona tiene derecho a la educación y al acceso a la formación profesional y permanente.
*      Artículo II-74.2. Este derecho incluye la facultad de recibir gratuitamente la enseñanza obligatoria.
*      Artículo II-74.3. Se respetan, de acuerdo con las leyes nacionales que regulen su ejercicio, la libertad de creación de centros docentes dentro del principio a los derechos democráticos, así como el derecho de los padres a garantizar la educación y la enseñanza de sus hijos conforme a sus convicciones religiosas, filosóficas y pedagógicas.
 
En el año 2003 el Consejo de Educación de la UE estableció cinco objetivos europeos de referencia para el 2010:
1.      Que al menos el 85% de los europeos de más de 22 años hayan completado la enseñanza secundaria superior.
2.      Reducir a la mitad la tasa de los jóvenes entre 18 y 24 años que abandonan la escolaridad sólo con nivel secundario obligatorio (hasta una tasa media europea del 10%).
3.      Aumentar en un 15% el número de estudiantes en las carreras científicas y tecnológicas y reducir el desequilibrio entre hombres y mujeres en estas especialidades.
4.      Reducir en un 20% la proporción existente en el año 2000 de jóvenes que no poseen el mínimo requerido en las competencias clave (comprensión lectora y numérica) y el aprendizaje de al menos dos lenguas extranjeras.
5.      Aumentar al 12,5% el índice de participación de los adultos en la formación continua.
Los informes PISA de la OCDE a su vez, han identificado en los alumnos de 15 años examinados muy diferentes resultados en materias básicas cruzando datos con los presupuestos educativos nacionales. En el caso español estamos colocados en posiciones necesariamente mejorables y con carácter de urgencia.
 
NUESTRO MOVIMIENTO ASOCIATIVO EN LA ESCUELA PÚBLICA
 
Para hacer avanzar el modelo de escuela pública que queremos es necesario que seamos capaces de:
*      Descubrir la propia existencia e identidad como coprotagonistas de la educación pública. Lo que significa que los padres y madres tienen que tomar conciencia, de una forma mucho más amplia, que no son simplemente usuarios, ni simples colaboradores del profesorado, sino protagonistas junto con los demás miembros de la comunidad escolar de todo lo que se decide y hace en el centro educativo.
*      Conocer el modelo de escuela pública para poder contrastarlo con el modelo de la propia escuela.  Al hablar de conocer el “modelo” nos referimos a los padres y madres de cada centro y de una manera especial al APA, en cuanto que es responsable de un trabajo organizado. La experiencia nos ha demostrado que sin un conocimiento de un modelo de referencia, difícilmente se podrá saber en que situación se encuentra la propia escuela respecto al “modelo de escuela pública” que defendemos, y en consecuencia, que medidas y estrategias es necesario adoptar para trabajar, para avanzar en su  materialización en el día a día  de la escuela.
*      Conocer y descubrir los obstáculos y dificultades que nos encontramos. Entre ellos se pueden citar:
*      La propia Administración. La Administración obstaculiza a  la Escuela Pública cuando:
*      Apoya iniciativas privadas en detrimento de la enseñanza pública.
*      Cede suelo público a empresas privadas para la construcción de centros privados que luego concierta.
*      Desatiende los problemas de la escuela pública: falta de nuevas construcciones, inadecuación de infraestructuras, inexistencia de determinados espacios como bibliotecas y gimnasios, dotación del profesorado necesario, aulas de acogida y apoyos suficientes, negativa a la apertura de centros.
*      Mantiene al movimiento asociativo de padres y madres en la más absoluta precariedad, llegando incluso a dejar a federaciones locales y APAs sin subvenciones y haciéndolas llegar argumentaciones que rozan la coacción.
*      Potencia la fragmentación del movimiento asociativo de padres y madres creando Confederaciones, Federaciones y APAs dirigidas políticamente para que mermen la eficacia de un movimiento unitario y cohesionado.
*      Las políticas neoliberales que se presentan a diario bajo el disfraz de:

*      La libertad de elección de centro

Todos sabemos lo que se esconde detrás de este mensaje que tan machaconamente llega continuamente a la ciudadanía desde los partidos políticos y organizaciones educativas que defienden una educación elitista. “España  es uno de los países europeos con mayor índice de escuelas privadas concertadas. Sólo hay tres que posean tasas similares, el Reino Unido, Bélgica y los Países Bajos. Este doble sistema educativo sostenido con recursos públicos, posibilita y reproduce una fractura social de hecho”.[3] Fractura que se irá agrandando cada vez más, en especial, en aquellas comunidades gobernadas con planteamientos neoliberales donde se están desarrollando políticas que potencian la escuela concertada en detrimento de la escuela pública.
La libre elección de centro es una consecuencia de la mercantilización de la educación. La idea es muy simple: los centros que ofrezcan mejores servicios serán los que tengan una mayor demanda de los usuarios-clientes. La escuela entra así en la carrera de competición para obtener la mejor cuota del mercado educativo, para lo que se prioriza como valores para evaluar su calidad, la efectividad y la eficacia. Junto a esta concepción perniciosa de la educación, la libre elección de centro es un espejismo, pues como todos sabemos en este mercado educativo no todas las familias están en condiciones de elegir, ya que este falso argumento no se aplica a todos por igual, y por ello aquellas familias que residen en zonas donde un centro privado no puede ser un negocio rentable no lo verán nunca en su entorno. La iniciativa privada no busca la libertad de elección de centro de todos los posibles alumnos, lo que enmascara este argumento es la selección del alumnado en función de la familia a la que pertenece por parte del centro con cuotas y servicios que solo algunos podrán pagar.
Ante esta situación es preciso que desde CEAPA se arbitren medidas que posibiliten al Movimiento Asociativo tener criterios claros que le permita poner en marcha medidas para luchar contra cualquier política que pretenda anteponer los intereses particulares de determinadas organizaciones y familias a los colectivos. Desde esta perspectiva sería necesario, como apunta Francesc Carbonell, promover campañas de sensibilización encaminadas a promover la cohesión social, así como informar a las familias de cuales son realmente los objetivos de la educación obligatoria  y como se invierten los recursos públicos para garantizar estos objetivos. La educación no es una mercancía, y por lo tanto, la relación familia escuela no puede ser la propia de un cliente con un proveedor.
*      La calidad de la educación entendida como rendimiento académico.
El calado de las ideas neoliberales en el mundo educativo está llevando a concebir la educación como un producto mercantilista en la que lo que importa ya no es la educación integral, sino el éxito escolar bajo el paraguas de “rendimiento académico”. Es necesario entender que se esconde bajo esta trampa:
·        Una concepción mercantilista del sistema educativo frente a una concepción humanista de la educación.
·        Una concepción del alumnado, del profesorado y del sistema educativo  como productos en los que se invierte para que sea rentable.
·        Una concepción del saber basada en aprendizajes conceptuales, memorísticos y sin relevancia alguna: la instrucción frente a la educación global de la persona.
·        Una tendencia uniformadora y terriblemente injusta que busca medir a todo el alumnado, profesorado y centros por el mismo rasero, sea cual sea su nivel de partida.
·        Una concepción que busca segregar a un amplio sector del alumnado, excluyendo  cuanto antes del sistema a aquellos que, según ellos, han fracaso, suspendido o no quieren aprender lo que las editoriales han decidido que tienen que aprender.
·        Una tendencia clara a culpabilizar al alumnado porque no se esfuerza y al profesor por el mismo motivo, o con argumentos como no realizar formación o no ser lo bastante autoritario.
·        Un intento de utilizar el “rendimiento escolar” como índice para valorar la calidad de los sistemas educativos, sin tener en cuenta otros factores mucho más relevantes como la estructura del sistema, los contenidos desfasados o desmedidos, la excesiva fragmentación curricular, los sistemas de acceso, la formación docente, la tipología del alumnado, los recursos con los que se cuenta, la inversión en educación, la falta de democracia en los centros, etc.[4]
*      Planteamientos que llevan a reducir el currículo al más puro academicismo obviando los aspectos educativos. En consecuencia no se trata de potenciar una educación para educar a los futuros ciudadanos y ciudadanas, sino de favorecer cada vez más a una clase elitista en detrimento de las clases populares.
*      La desideologización de la escuela pública. Afirmar que asistimos a un proceso de desideologización del modelo de escuela pública, es decir a un vaciamiento del concepto de escuela publica que se ha señalado en la primera parte del documento. La gravedad de esta situación no es tanto que padres y madres, a nivel individual, desconozcan o abandonen la ideología de escuela pública, sino que las organizaciones de padres y madres (Confederaciones, Federaciones y APAs) puedan, por diversos motivos, renunciar a planteamientos ideológicos. Igualmente habría que decir del profesorado en general, pero de una manera especial de aquellas organizaciones que siempre han defendido a fondo la escuela pública.
*      La obstrucción de la participación. La experiencia acumulada de muchos padres y madres nos dice que la participación en el centro educativo dista aún mucho de lo que exige una escuela democrática. Esta situación, en la que la participación no acaba de tomar cuerpo en el día a día de muchas escuelas, es vivida diariamente por muchos padres y madres como zancadillas al proceso democratizador de la vida de la escuela y en consecuencia al avance del modelo de educación pública. En definitiva, cualquier obstrucción al desarrollo de la participación impide avanzar en la consecución de una escuela pública democrática.
*      La apropiación del espacio público como propio. Cada vez que un director y/o un equipo de profesorado a través de determinadas actuaciones se comportan como si la escuela fuese suya, la mayoría de las veces para favorecer el corporativismo, se está fomentando su privatización e impidiendo su avance como institución pública.
*      Impedimentos de directores para aceptar el nombramiento del represente del APA en el Consejo Escolar.
*      Las reuniones de aula, mientras sigan respondiendo a unos rituales prescriptivos, en los que el tutor trasmite una información bastante rutinaria de lo que piensa hacer o está haciendo. Cuando estos espacios, deberían ser lugares de encuentro y debate entre los componentes de la comunidad escolar, para conseguir una implicación de todos en la participación y seguimiento en los procesos educativos.
*      Las Programaciones Generales, cuando la dirección del centro se apropia de ellas, aprobándose sin un proceso participativo de padres y alumnado..
*      Las excusas y falta de voluntad de Equipos Directivos para acomodar horarios a fin de que padres y madres puedan asistir al  Consejo Escolar u otro tipo de reuniones.
*      Las presiones y campañas soterradas de muchos claustros o parte de ellos para conseguir un determinado tipo de jornada, aunque ello sea a costa de enfrentar y dividir a la comunidad escolar.
*      La inoperancia de los consejos escolares

*      Los intereses individualistas de padres y madres:

*      Cuando los padres  y madres desde su individualismo exclusivamente se preocupan de los intereses de sus hijos e hijas.

*      Cuando los padres y madres eluden cualquier requerimiento del APA para colaborar en determinadas actividades y  comisiones de trabajo.

*      Cuando el APA se circunscribe al estrecho ámbito de su escuela y no es capaz de tener ni tan siquiera una visión global de la situación educativa de la localidad.

Estas actitudes son la respuesta a la concepción que determinadas familias y Apas tienen de la educación Pública.  Actitudes que se generan por la carencia del sentido de pertenencia a una misma comunidad educativa, por el fuerte individualismo que propaga la ideología neoconservadora, el  no tener una visión  global de escuela como comunidad educativa.

El trasvase de información con el equipo directivo del centro y con el profesorado es un objetivo, que pese a las dificultades debemos tener como prioritario.
            Los padres y las madres, las APAs, nos consideramos aliados naturales voluntarios del profesorado. Pero esa alianza necesaria en la que no nos cansamos de insistir debe procurarse desde el acuerdo en los objetivos y en el respeto a los espacios y responsabilidades que a cada uno nos corresponden.
            Nos dirigimos a todo el profesorado pero tenemos que ser conscientes de la necesidad de remover las inercias, la falta de estímulos. Hay que tratar de alejar las rutinas que producen el inmovilismo. La clase es un espacio vivo y dinámico que repercute y mucho, en el proceso de aprendizaje de nuestros hijos e hijas.
            Nuestra experiencia como organización nos indica que debemos acometer una renovación centro a centro buscando alianzas con el profesorado para conseguir avanzar e identificar a la comunidad educativa con objetivos colectivos consensuados.
            Las relaciones con los sectores más comprometidos e innovadores del profesorado deben convertirse en una tarea de cada APA. Tenemos que hacer llegar al conjunto la idea básica de que los padres y las madres no somos enemigos, somos aliados necesarios. Pero para que exista esta alianza es necesario que se reconozca sin ambages nuestro propio espacio en el centro. Nosotros no somos elementos ajenos, somos parte imprescindible dentro del proceso educativo.
            Queremos dejar constancia de que consideramos la función del profesorado como una de las más importantes de la sociedad y lo será más en la medida en que se comprenda que la tarea de enseñar es un proceso activo y participativo que no es posible sin el apoyo-intervención de los padres y de las madres del alumnado que tienen en las APAs su espacio natural de coordinación y cauce de expresión colectiva.
            Ahora bien si queremos calidad para todos, tendremos que luchar también los padres con nosotros mismos, para no engañarnos al “delegar” en el centro la responsabilidad que nos toca. 
            Nuestra responsabilidad como padres y como madres no la podemos delegar en nadie. La compartimos con el centro educativo. De este modo, nuestra implicación cotidiana con la educación de nuestros e hijos e hijas es un deber inexcusable que debemos asumir de manera responsable y cotidiana. 
            Es necesario realizar campañas de explicación a los padres y a las madres, socios o no del APA, de la importancia de que sus hijos e hijas perciban su interés por lo que hacen en el colegio, por su evolución escolar, etc. Transmitirles su responsabilidad en estimular en sus hijos e hijas la actitud de aprender y reforzar la educación en valores en el ámbito familiar.
            Un aspecto de la participación que no debemos dejar pasar se refiere a la importancia de que desde nuestras APAs fomentemos la participación del alumnado. Uno de los principales temas educativos en nuestra opinión, es conseguir formar en y para la democracia. Esto consideramos que sólo es posible conseguirlo desde el ejercicio diario en las aulas.
            Llamamos la atención, a modo de ejemplo, sobre una tarea que desde ya debemos considerar nuestra: que la elección de los delegados del alumnado no se convierta en elegir un delegado “tiza” o vigilante de sus compañeros cuando el educador tiene que salir de la clase.
            Estas prácticas desprestigian la función de representación y el propio procedimiento de elección clase a clase y empuja al escepticismo hacia la propia elección de delegados. Debemos explicarles cual es el rol de los representantes, explicarles lo que hacemos en el APA y en el Consejo Escolar.
Si entre todos conseguimos que el alumnado y dentro del grupo nuestros hijos e hijas, se vayan haciendo dueños de sus vidas y no víctimas de carencias acumuladas, todos los esfuerzos  e inversiones habrán merecido la pena.
 
EVALUACIÓN DEL CENTRO EDUCATIVO
 
      Los índices de valoración-evaluación de buen funcionamiento de un centro escolar no deben pasar en exclusiva por las notas, aun siendo estas un elemento de gran aceptación social y siendo, sin duda, un factor que de pistas sobre la existencia o no de problemas de fondo.
      Deberíamos enriquecer este índice con otros, que no están sujetos a notas individuales, aunque sí sirven y mucho, para evaluar la vitalidad de un centro:
*      Existencia y grado de cooperación en la elaboración del proyecto educativo e identificación de la comunidad educativa con el mismo.
*      Existencia y grado de acuerdo en el tipo de normas de convivencia.
*      Integración de minorías.
*      Facilidad de acceso y horario de atención del profesorado a las familias.
*      Participación del profesorado en cursos de formación permanente.
*      Coordinación del profesorado con otros centros del entorno.
*      Estabilidad e incidencias de la plantilla.
*      Existencia de Equipos de apoyo al alumnado y otros recursos especializados.
*      Evolución de las notas medias por asignaturas/curso. Análisis con profesores.
*      Cantidad y tipo de salidas con el alumnado dentro de la programación escolar.
*      Uso de las instalaciones y recursos del centro como la biblioteca escolar y préstamo de libros.
*      Tipo y cantidad de actos culturales en el centro y participación del alumnado, profesorado y familias en los mismos.
*      Actividades deportivas y equipos existentes y participación en torneos.
*      Existencia y participación en coros o grupos instrumentales, grupos de teatro, asociaciones culturales y artísticas, etc.
*      Participación en actividades representando al colegio.
*      Fiestas escolares (primavera, semanas culturales, despedida…)
*      Actos con antiguos alumnos.
*      Grado de participación de los padres y de las madres en el APA y de esta en la vida del centro.
*      Cursos de formación organizados por el APA para los padres y las madres.
*      Limpieza del centro y estado del edificio e instalaciones.
*      Actos cívicos con el entorno.
      Con todos estos índices se podría tener un fichero/memoria anual de logros y avances, en los que explícitamente se viera la atención y mejora en los aprendizajes colectivos y en los académicos de las asignaturas vertebrales. Toda la comunidad educativa debería opinar sobre esa memoria siendo el lugar de encuentro/debate adecuado el consejo escolar del centro.
      De esta manera podríamos elaborar un auténtico mapa de logros y una lista histórica de reivindicaciones a conseguir que acompañaría la inevitable rotación de los padres y de las madres en el APA  sirviendo esta de apoyo al conocimiento de la historia del mismo y siendo cauce de su evolución.   
 
 
EL CURRÍCULO DE LA ESCUELA DEL SIGLO XXI
 
Las necesidades que tenemos las personas en el contexto actual y los requerimientos que hace a la educación la sociedad del conocimiento obligan al sistema educativo a repensar los currículums para esta realidad emergente. Por otro lado, la complejidad de agentes educativos que actúan sobre la ciudadanía, y la efectividad que tienen algunos de ellos, deben movernos a plantearnos que es lo que  atañe a la educación formal y que contribución hace, que puede hacer y que  debería hacer la educación no formal. Deberemos definir que debe contener la formación básica en las etapas obligatorias, y qué se puede ir aprendiendo a lo largo de la vida.
Esta preocupación coincide con un tiempo en que en nuestro país se han modificado repetidamente los currículums, pero precisamente en la dirección contraria a la que siempre hemos defendido y que parece que son los caminos que están emprendiendo los estados de nuestro ámbito geográfico. La organización de los centros y la tarea docente se ha visto trasegada repetidamente por estas modificaciones, cosa que ha traído a que, en estos momentos, lo que más se reclame respecto a este tema es calma para poder ir consolidando los proyectos que hayan empezado a andar. Pero esto no saca que no es razón para que no debamos introducir aquellos cambios que devuelvan racionalidad y funcionalidad a los contenidos y a la organización curricular.
El currículum, en la educación obligatoria, debe servir para concretar el núcleo cultural de una sociedad en un periodo histórico concreto y, al mismo tiempo, indicar el proyecto social y educativo que requieren los y las jóvenes para vivir activamente su ciudadanía. Por esta razón, el currículum debe pretender la educación integral de las personas y debe permitir la igualdad de oportunidades, la equidad y la compensación de las desigualdades de todos y todas. Esto comporta que todo el alumnado pueda desarrollar su aprendizaje escolar dentro del mismo marco curricular, lo cual debe implicar que el currículum debe ser flexible y abierto para  que permita las adecuaciones y ajustes que sean necesarios a la realidad de cada alumno o alumna y de sus entornos. Las distintas alternativas curriculares que se adopten no deben suponer diferencias de calidad de los aprendizajes. Por esta razón, es indispensable constituir un currículum básico y común que proporcione una experiencia educativa común para todo el mundo fundamentada en los aspectos indispensables que permitan al alumnado ejercer su ciudadanía democráticamente. Al mismo tiempo, este planteamiento, por una parte, favorece el debate público sobre la educación (lo qué y el porqué aprender y enseñar determinados objetivos y contenidos) y, por otra, exige el acuerdo social y educativo sobre el currículum que hace falta proporcionar.
Deberíamos incidir en las direcciones siguientes:
*      Autonomía curricular para acercar la concreción del currículum a los propios interesados. Hace falta garantizar unos conocimientos básicos mínimos, pero cada comunidad, cada centro y cada alumno debe poder tomar decisiones sobre una ancha franja de contenidos diversificados que le faciliten hacerse responsable de la propia formación y adecuarla a su proyecto personal.
*      Visión transversal e interdisciplinar del currículum. Apostamos porque el currículum se organice en torno a las capacidades que debe adquirir el alumnado. Los pilares de la educación de Delors y las competencias clave de la UE nos parecen buenos puntos de referencia. Entendemos por básicos los contenidos que son el apoyo del crecimiento personal del estudiante y la plataforma que le facilitará construirse como ciudadano. En este sentido, no se puede descuidar la formación profesional de base. Es conveniente que el currículum se estructure, a partir de las capacidades y competencias clave mencionadas, en todos los ámbitos del saber que configuran la cultura del siglo XXI, lo cual significa abordar el currículum de manera muy variada y plural y no, necesariamente, en asignaturas estancas, sino que se deben promocionar estructuras más ínterdisciplinares y globalizadas.
*      A cada cual según lo qué necesite, de cada cual todo lo que pueda. De un lado  se debe garantizar a todo el mundo el derecho que tiene a lograr los objetivos básicos, y esto no se puede hacer sin todos los recursos específicos que hagan falta para atender la diversidad de necesidades educativas. Por otro lado el sistema educativo debe facilitar que toda persona pueda desarrollarse al máximo y profundizar en los conocimientos según sus posibilidades e intereses, para destacar en los campos dónde tenga aptitudes.
*      Formar a todas las personas, en todas sus dimensiones. Para conseguir el máximo desarrollo de cada uno de los miembros de nuestra comunidad hace falta tener en cuenta todas las capacidades, las diversas inteligencias y las variadas metodologías que traen al conocimiento, la dimensión emocional y las habilidades sociales. El currículum debe dar herramientas a las personas para desarrollarse como ciudadanas, ser solidarias, hacer valer sus derechos y cumplir sus deberes. Ha de conseguir hacerlas autónomas y felices, con hábitos de vida saludables. Ha de enseñar a entender el mundo, a integrarse con sentido crítico y a intervenir. Debe desvelar la curiosidad, la creación, la sensibilidad, la habilidad para resolver problemas, la capacidad de esfuerzo y la voluntad de trabajo.
*      Organización del profesorado al servicio de la educación integral del alumnado. La concreción del currículum debe recaer más en los equipos docentes que en las estructuras departamentales de área y en las especialidades. Así será más fácil coordinar los diversos núcleos de conocimientos, adaptarlos a las necesidades específicas de cada estudiante y de cada grupo clase y compartir la responsabilidad de conseguir conjuntamente los objetivos finales. La organización escolar debe ser lo suficientemente flexible como para permitir que el profesorado imparta su tarea en áreas afines a la propia especialidad. En este sentido, la agrupación de varias áreas impartidas por un mismo profesor o profesora ayudaría a dar una visión más amplia, unificar contenidos y facilitar la tarea de seguimiento de los alumnos, principalmente en los primeros cursos de la secundaria obligatoria. También debe permitir agrupaciones flexibles del alumnado en función de objetivos concretos y de tareas determinadas.
*      Educar es cosa de todos. Es lógico que se espere mucho del sistema educativo porque ninguna otra institución acoge a toda la población infantil y joven. Ahora bien, tener un papel clave no quiere decir tener un papel exclusivo: ni los otros agentes pueden dimitir de sus funciones y esperar que la escuela los suplirá, ni se puede dejar sola a la educación formal en la realización de su tarea, ni se puede esperar que con la enseñanza se resuelvan todos los problemas que la sociedad se plantee. Todos los agentes educativos, especialmente la familia, el profesorado y los educadores del tiempo libre educativo, somos responsables de la educación integral de nuestros niños y jóvenes. La ciudad, el pueblo o el barrio deben asumir las necesidades de la escuela como propias y  se deben implicar en la educación de sus miembros. Y para que este trabajo transversal sea posible es crucial la formación de padres y madres, puesto que de esta manera será más efectivo el despliegue de muchos aspectos del currículum. En definitiva, debemos coordinarnos mejor y evitar mensajes contradictorios. Los medios de comunicación y los productos de consumo multimedia habrían de estar sometidos a un código deontológico para que no entraran en contradicción con los valores que deben guiar la educación de los niños y los jóvenes.
*      Evaluación para guiar el progreso y no para seleccionar. La evaluación sirve para dar información al estudiante sobre su progreso y al docente sobre la eficacia de su tarea, para establecer los mecanismos correctores necesarios. Se debe hacer a partir de los progresos que logra el alumno en relación con los retos que se le proponen y debe tener como referente final los objetivos generales de la etapa. A partir de esta evaluación no puede plantearse ni una promoción ni una repetición automáticas y tampoco debe ser la base para organizar itinerarios curriculares segregados. El equipo docente debe tener competencia para valorar qué puede ser más educativo para cada chico o chica y para organizar los grupos clase en función de sus necesidades.
*      Todos somos ciudadanos aptos. El sistema educativo debe proporcionar a todo el mundo los mecanismos para llegar a los objetivos mínimos de las etapas obligatorias y conseguir de las personas con alguna discapacidad el máximo desarrollo y la máxima inserción posibles. Los estudiantes que no acreditan la secundaria obligatoria deben tener nuevas oportunidades en contextos que les puedan ser más atractivos, más ajustados a sus posibilidades e intereses y que les permitan compaginar estudios y trabajo.
*      Orientar para desarrollarse más y mejor. Acreditar la etapa obligatoria no significa un nivel de capacitación idéntico. El informe orientador debe concretar al estudiante y a su familia en que ámbito considera el equipo docente que el chico o la chica podrá desarrollarse mejor. Si hay confianza entre el centro, la familia y el alumno cabe esperar que se siga la orientación, pero no se puede evitar que el alumno tome opciones contrarias a la orientación. No se debe pensar que la mejor opción para un buen estudiante es siempre el bachillerato y la llegada a la universidad. La oferta de formación profesional debe ser lo suficiente amplia y atractiva como para que los chicos y chicas no se vean abocados al bachillerato como única opción interesante.
*      La laicidad. La racionalidad debe estar en la base de todos los conocimientos que se imparten dentro del sistema educativo. La enseñanza debe dar a conocer las diversas cosmovisiones presentes en nuestro mundo globalizado, pero la educación en valores que toma como referente común los Derechos Humanos es el eje que debe vertebrar la educación de todo el alumnado, sean las qué sean las creencias de qué parten cada uno de ellos.
*      Coeducación. El sistema educativo debe plantearse porque las medidas que se han tomado para compensar las desigualdades por razón de género no acaban de conseguir los objetivos deseados. Hace falta evaluar estas medidas y hacer los replanteamientos que convengan para garantizar efectivamente la igualdad de oportunidades a los chicos y a las chicas. La coeducación ha de estar orientada a que se reconozca el papel de las mujeres y que incida en un cambio de los contenidos curriculares. La coeducación debe trabajar la prevención de la violencia sexista. La coeducación es, por lo tanto, imprescindible si realmente pensamos en una sociedad con igualdad de oportunidades para todo el mundo y libre de violencias.
 
© 2006 CEAPA   
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
ANEXO 1: PREGUNTAS PARA EL DEBATE POR GRUPOS
 
1.       ¿Defiende CEAPA que la escuela pública tienda al modelo público o que el modelo público se ajuste a la escuela pública?
2.       ¿Tiene algún peso la titularidad del centro educativo a la hora de que la escuela pueda ser pública o no?
3.       ¿Añadiríais, suprimiríais o matizaríais alguno de los aspectos que caracterizan nuestro modelo de Escuela Pública? ¿Cuál o cuales? ¿Por qué?
4.       ¿Qué entendemos por escuela laica? ¿La sociedad pide una escuela laica, aconfesional o ninguna de las dos?
5.       ¿Qué ocurre para que la participación siga siendo una asignatura pendiente?
6.       ¿Por qué cuesta tanto democratizar la institución escolar?
7.       ¿Cómo podemos integrar al diferente sin marginarlo?
8.       ¿Han cambiado los valores de la sociedad o se han perdido?
9.       ¿Cómo podemos saber en que situación se encuentra la propia escuela respecto al “modelo de escuela pública”?
10.   ¿Las verdaderas amenazas de la Escuela Pública están dentro o fuera de ella?
11.   ¿Se puede informar de las políticas que sufrimos sin hacer política?
12.   ¿Alcanzar una posición común dentro de nuestro movimiento es someterse a un pensamiento dominante o resultado de un debate democrático?
13.   ¿Necesitamos realmente la compañía de otras organizaciones con planteamientos cercanos a los nuestros? ¿Existen?
14.   ¿Cada nivel de representación, CEAPA, Confederaciones, Federaciones y APAs, está haciendo lo que debe?
15.   ¿Qué medidas consideras oportunas para que tu centro se aproxime al modelo de Escuela Pública? Pon algún ejemplo concreto.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
ANEXO 2: BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
 
1.       Chazarra, Antonio. Educación y Escuela Pública, en los Retos de la Educación ante el siglo XXI, Congreso de Educación de CEAPA. Editorial Popular, S.A.
 
2.       Fernández Enguita, M. (1993): La profesión docente y la comunidad escolar: crónica de un desencuentro, Madrid, Morata..
 
3.       Fernández Enguita, M. (2002): ¿Es pública la escuela pública?, Barcelona, Cisspraxis
 
4.       Gómez Llorente, Luis. (2000) Educación Pública. Morata.
 
5.       Gómez Llorente, Luís y Mayoral, Victorino. (1981) La escuela pública comunitaria. Laia.
 
6.       Lareau, A. (1987): Social class differences in familyschool relationship: the importante of cultural capital, Sociology of education, 60.
 
7.       Lerena, C. (1986): Enseñanza pública y privada en España: sobre el porvenir de una ilusión, en C. Lerena (ed.): Educación y sociología en España, Madrid, Akal.
 
8.       Ruiz Paz, M. (2000): Los límites de la educación, Madrid, Unisón.
 
9.       Viñao Frago, Antonio. (2002) Los problemas de la Escuela Pública y algunas soluciones en La Escuela Pública. Coordinadora Aurora Ruiz. Editorial Biblioteca Nueva. Escuela Julián Besteiro. Madrid
 
10.   Beltrán, J; Hernández, J. y Souto, X.M. (2003) Reinventar la escuela. La calidad educativa vista desde las familias, Valencia: Nau Llibres.
 
11.   Grupo Gea-Clío (compilador) (2005) Espacio público educativo y enseñanza de las ciencias sociales, Valencia: Nau Llibres.
 
Revista CEAPA 83 (2005) Hacia una Escuela Pública para el siglo XXI
 
 
 


[1] Fernández de Castro, I. y Rogero, J. ( 2001. Escuela Pública. Democrática y Poder. Madrid: Miño y Dávila.
[2] Gómez Llorente,L. Educación pública. Edición Morata
[3] Educar en tiempos de incertidumbre. Francesc carbbonell.  Catarata, 2005
[4] Mª Ángeles Llorente. Directora C.P. Cervantes de Buñol. El rendimiento escolar o la trampa del elefante. Escuela Española 3.687 de 1 de diciembre de 2005.