Case 900 expedientes por falta de disciplina no curso pasado en Galicia

Faro de Vigo 28 de xaneiro.

Case novecentos alumnos de centros escolares galegos foron expedientados por faltas disciplinarias durante o curso pasado (2004-2005). Esta cifra se coñece a mesma semana na que Comisións Obreiras fixo público un estudo no que se alerta do incremento da conflitividade nas aulas e que inclúe unha enquisa onde os profesores apuntan a falta de respeto nas clases como principal fonte de tensión.

A este debate se suma una denuncia de la Asociación contra el Acoso Escolar, organización que señala a Galicia como una de las comunidades desde donde se reciben más llamadas telefónicas de padres para denunciar casos de hostigamiento hacia sus hijos por parte de sus compañeros: cuatrocientos desde el pasado mes de junio. Esta situación ha llevado al PP a demandar ante el Parlamento de Galicia la creación de un inspector especial para combatir estos casos conocidos como bullying.

Estos nuevos datos han vuelto a poner sobre la mesa la polémica sobre la conflictividad en las aulas. El equipo de la Consellería de Educación censura las posiciones alarmistas y advierte que los expedientes disciplinarios representan el 0,28 por ciento de toda la comunidad escolar, y que este dato supone incluso una pequeña reducción respeto al curso anterior. "En los últimos cinco o seis años, no ha habido grandes cambios", señala la directora xeral de Ordenación, María José Pérez Mariño.

El diagnóstico de normalidad de la Xunta contrasta con la posición de los sindicatos. Este lunes, Comisiones Obreras pondrá en marcha una campaña en todos los centros de Galicia para trabajar a favor de la convivencia, iniciativa que comenzará con una suelta de globos blancos en los colegios.

El secretario de Política Educativa de Comisiones Obreras, Roberto Barral, no acepta que la Xunta se agarre a las estadísticas para negar este problema e insiste en que los profesores se enfrentan a un mayor número de casos de violencia verbal cada día.

En la inmensa mayoría de los casos no se trata de agresiones físicas, sino de faltas de respeto, no obstante, Galicia cuenta con casos recientes de ataques a profesores por parte de alumnos. El curso pasado, un estudiante de 14 años de un instituto de Vilagarcía de Arousa propinó un puñetazo en la cara a uno de sus profesores cuando abandonaba el centro en su vehículo. Para las situaciones de mayor gravedad, los profesores exigen a la Administración que les brinde apoyo jurídico.
En los últimos cursos, los sindicatos aseguran haber detectado también un incremento de las quejas de los propios alumnos contra los profesores. "En ocasiones es una estrategia de acoso contra el docente", explica Barral, y recuerda casos vinculados con protestas colectivas contra calificaciones o contra la forma de de organizar las clases. Comisiones Obreras señala que la inmensa mayoría de estas quejas quedan archivadas, pero dejan "secuelas" profesionales.
Desde la Consellería de Educación se entiende que, si existe un mayor número de protestas, se debe a que los estudiantes gozan de mayores posibilidad para manifestar su opinión y que no existen ya las clases donde nadie se atrevía a replicar al profesor.

La denuncia de un incremento de la conflictividad atribuible al comportamiento del alumnado es contestada por parte de las asociaciones de padres. La presidente de la Confederación de Asociaciones de Padres de Alumnos de Centros Públicos, Olga Patiño, sitúa el origen del problema en la falta de preparación pedagógica de los docentes.

Las Apas aseguran que la Administración Educativa se volcó durante los últimos años en potenciar la formación académica de los docentes y que el resultado ha sido un generación de profesionales que carecen de la preparación suficiente en otros aspectos, cruciales para hacerse con el respeto del grupo.

Ante los primeros síntomas de malestar o de desinterés por parte de los estudiantes, explica Olga Patiño, estos profesores ofrecen una respuesta basada en reacciones autoritarias, modelos que vieron en el pasado y que no han sido sustituidos por otras formas de relacionarse con la clase. "Hoy no valen los mensajes del tipo: `te callas y ya está´. Los jóvenes no están educados en decir simplemente sí a todo", señala la presidente de la Confapa.

Esta idea tiene puntos de coincidencia con la posición de la Administración. Desde la Xunta se niega que existan datos que confirmen el incremento de los niveles de conflictividad. El equipo de la conselleira Laura Sánchez Piñón se muestra comprensiva con el malestar de los profesores y lo vincula con un cambio en el concepto de disciplina.
"Hay un problema y es que los profesionales cada vez tienen más edad y los niños siempre tienen la misma. Esto provoca un desajuste porque las relaciones humanas cambian", asegura la directora xeral de Ordenación.
Inmigrantes

Junto a las política para reducir la conflictividad, los sindicatos demandan a la Administración de un plan específico dirigido a la comunidad de alumnos extranjeros, que asciende a los 7.400. Comisiones Obreras asegura que estas políticas se han reducido hasta ahora a las clases de apoyo para el aprendizaje de la lengua. Sin embargo, demanda que se atienda a otro tipo de planteamientos, como la necesidad de formar al personal de los centros en cuestiones vinculadas que afecten a aspectos como la confección de los menús que se ofrecen en los comedores.