ACOSO ESCOLAR

El Correo Gallego
LEY DEL SILENCIO EN LAS AULAS
El acoso escolar puede afectar al 10% de los alumnos

LEY DEL SILENCIO EN LAS AULAS
El acoso escolar puede afectar al 10% de los alumnos

Entre el cinco y el diez por ciento de la población escolar española, algo así como un alumno por clase, está “muy severamente” implicada en actuaciones de bullying o acoso en las aulas. El dato lo facilitó el profesor de la Universidad de Sevilla Joaquín Mora Merchá, en la jornada que sobre convivencia escolar organizó ayer la Diputación Provincial y la Cruz Roja.
Aunque la conflictividad en las aulas crece cada día, que a menudo muchos asocian a la llegada de alumnos de otros países o a centros que concentran alumnos de las clases más desfavorecidas, Mora Merchán subraya que “no está claro que el maltrato entre alumnos dependa de las diversas procedencias de los alumnos”. “El acoso es un problema diferente”, recalca.

Tampoco está claro el perfil del acosador. Además del personaje típico del matón que se dedica a hacer la vida imposible a los demás, hay otros jóvenes que se manejan muy bien dentro del mundo social y también adoptan el rol del maltratador. “Es difícil establecer una única foto del agresor, como también es difícil ofrecerla de la víctima”, dijo Mora, que destacó la gran transformación que se produce en las víctimas que, en algunos casos, llegan a convertirse en verdaderos maltratadores.

Ley del silencio en las aulas

Ante una nutrida representación de profesores y educadores, Joaquín Mora, que habló de la ley del silencio en las aulas, analizó el papel de aquellos que actúan como espectadores, “que saben lo que está pasando y se callan”, colaborando, de una forma u otra, en el mantenimiento del problema. Unas veces lo hacen por miedo al agresor o a que le tachen de chivato.

Mora no puede asegurar si esta situación se incrementará con el tiempo. “Es difícil de saber, pero la tendencia es que el clima en los centros empeore”. Al mismo tiempo, recuerda que el problema existió siempre, por eso es necesario distinguir la parte que se arrastra con el tiempo y la que se debe a los cambios sociales.

Sin duda, las agresiones físicas son las más evidentes, pero las más comunes en las ­aulas son las psicológicas: los insultos, los sociales, entre otros. Algunos expertos afirman que es en el colegio donde rompen esas conductas violentas, pero su proceso “tiene su origen fuera del aula”, afirmó la pedagoga Nora Rodríguez, que recomienda a padres y profesores que dialoguen mucho con los jóvenes para detectar a tiempo el problema.

Desde los cuatro años

Por los trabajos realizados, Rodríguez asegura que ya a los 4 años aparecen las primeras manifestaciones, que pueden prolongarse hasta los 16.

El cambio de conducta que experimenta el chico con relación a los demás es un síntoma de esa conducta violenta, que a partir de los 13 años puede agravarse con el consumo de alcohol o el pasar mucho tiempo fuera de casa. Pero también hay otros casos que se refugian en casa o en los estudios.

Nora Rodríguez, que también subraya que el acoso es un viejo problema, cree que es necesario la unión de todos, profesores y padres, para conseguir algo positivo frente a este fenómeno.

viernes, 21 de octubre de 2005, 00:27